
Hola mi amor, tal vez no esperes estas palabras de esta lunática.
Ya que lo soy, estoy loca por ti. Mi locura es tu ciencia y tu presencia es mi
felicidad. Soy buena escribiendo cartas, pero no simplemente cartas. Cartas que
vayan al alma y corazón. Por primera vez escribiré una ya que debo decirte en
mis propias palabras lo que siento por vos. Siento cosas nuevas y no tan nuevas
en mi corazón, como las mariposas, el cosquilleo en mi piel, esa sudoración que
me nacen en las manos y sobretodo esa palpitación anormal que tengo desde que
me dijiste: “hola, necesitas ayuda con el trabajo”. Quien diría que al chico
que yo miraba llegar tarde a cierta clase de enfermería fuera que me robara el corazón.
Un chico que pusiera mi mundo de cabezas y mi futuro indefinido, ya que todo se
ha vuelto de dos y no de yo…yo… yo. Bueno como siempre había sido en mis mil
vidas vividas y jamás contadas. Eres lo primero que pienso cuando despierto y
lo último antes de dormir. Eres el único que deseo que se apodere de mis labios
una y otra vez, que me domine con la mirada con una leve sonrisa coqueta y el
que me tome de la cintura y susurre en mi oído “ eres mía y no pienso dejarte
escapar mi Reyna”. Quiero que seas más que mi novio y no tienes la menor idea
de lo que he tenido que lidiar. He tenido que lucha contra mis perjuicios,
miedos y los problemas para desear ser más que una simple novia. Todas las
canciones de amor que rondan en mi cabeza me recuerdan a ti y eso es uno de los
síntomas de que te amo. Si, te amo y no me importa demostrarlo. Porque demostrarlo
es liberar esa droga que mi consume el corazón y me hace sentir tres metros
sobre el cielo. Porque así me siento desde que me confesaste que me amabas,
debo aceptar que no hace más de un mes que creo a ciegas esa afirmación. Porque
ambos sabemos que esto no fue algo planeado, dialogado y quizás meditado. Solo pasó
y hemos sobrepasado los límites de muchas situaciones fuertes para ambos. Solo eso
me da fuerza para seguir adelante en esta relación y no pretendo demostrar que
todo es un cuento de hada, pero se tienes sus fallas. Porque habido veces que
he querido dejar todo y seguir con mi vida de manera narcisista y solitaria. Pero
verme aquí fiel a ti y tú a mí, como muchas veces soñé y desee con el corazón. Los
dos somos polos opuestos, fuego y hielo, pero intentamos ser parte del uno de
cualquier manera. Si no lo sabias te diré la verdad que me mata, te amo y no lo
puedo negar. La primera vez que lo dije no me creí y cuando lo dijiste tu
tampoco que me hice a la idea. ¿Cómo alguien como tu podría amar alguien como
yo?, aun no se la respuesta y no quiero buscarle la vuelta como muchas veces lo
hice en noches interminables. Sabías que cuando peleamos al teléfono y yo
cuelgo, es porque no quiero que sientas mi dolor ni me escuches llorar. No es
que sea cobarde, pero mi orgullo me lo impide y no deseo que me veas vulnerable
ni débil. Tampoco quiero verme a mí misma como tal y eso es algo que jamás
podre permitir. El día que me veas así es porque mi dolor es mayor que mi orgullo
y no pienso más que sacar el dolor de ese lugar. Junto a ti aprendí a tener
paciencia, más que de la que tenía, aprendí a ser paciente, aprendí ser persistente
y no rendirme. Sobretodo aprendí a amar sin recibir nada a cambio. Amar sin
saber que todo resultaría como historia de amor verdadera. Te amo, amo tus
defectos, amo lo que tu ama y amo hasta tú aliento después de besarme. TE AMO
no dice todo lo que siento porque quedaría muy grande para esa palabra. Tal vez
leas y esto y no comprendas ni una sola palabra y no quiero ni pensar que vas a
pensar. Porque no me quiero ilusionar y tampoco decepcionarme por tu ignorancia
masculina. Me conformo que lo sepas. Que comprendas que esto es serio para mi
aunque al principio pensé que jugaría y no sería siendo perdedora en el juego
de este amor. Un amor que llego como huracán rompiendo los rastros de otro
amor, dando pasa luego de la tormenta y transformándome en otra persona. Porque
creas o no yo he cambiado de tal manera que nadie me reconoce ni yo misma. Siento
que no soy tan niña ni tan malcriada, sino como una mujer. Tampoco la mujer que
nadie tiene o quiere tener, si no la mujer que le pertenece a un hombre en corazón,
pero no en cuerpo y mucho menos alma porque no tengo. Quiero unir mi vida a la
tuya aunque tenga miedo que este amor se evapore o simplemente creas que tu corazón
tiene otra dueña y esa no sea yo. Por eso aprovecho todo ya que estoy tres
metros sobre el cielo y tal vez caiga al suelo. La caída me dejara destrozada y
herida, tal vez de esta no me recupere. Quiero amarte y ser amada, es solo lo
que pido. No es mucho pedir y más humilde no puedo ser mi amado.
E.