Ya es 24 de diciembre, soy la primera en despertar, bueno la
primera mi cosita también se ha despertado. Intento salir de la cama, pero él
me sostiene del vientre mientras duerme.
Lentamente aparto sus mano de mi cuerpo y me giro con cierta
dificultad y lo beso en la nariz.
Salgo de la cama y me abrigo con la bata de baño que a estas
alturas me ha quedado pequeña me encamino a la cocina liberando bostezo minúsculos
por el pasillo.
Todos duermen y no deseo despertar esa calma.
Sigo a mi destino para poder cumplir mi deber mañanero.
-Huele rico-me dice alguien tomándome de la cintura
bruscamente y provocando un grito de mis labios.
Estoy en la cocina friendo huevos mientras tengo el tocino
en el horno y bato la mescla del pan cake.

-Yo te puedo protegerte-me asegura mientras me muerde el
cuello haciendo que derramara la mescla.
-Ya no empieces-le suplico con la voz rota.
-Mama-llama Elena entrando en piyamas a la cocina.- ¡papi!-saluda
alegremente al ver a mi esposo.
Mi esposo me suelta y la toma en sus brazos.
-¿Cómo estas mi princesa?-le pregunta mientras le da un beso
en la mejilla.
Fabulosa, mama me conto que eras un guerrero cuando la
enamoraste-le dice mi niña mientras saco el huevo del sartén.
-También te dijo que ella era una creída-le dijo mi esposo a
su hija. Ambos se rieron y los mire con concentración.
-Son padre e hija, para que me sorprendo-susurro.
-¿Que huele tan rico?-pregunta Chris entrado en pantaloncillos
y sin camisa a la cocina.
Le sonrió y le digo el menú.
-Yo quiero mis huevos revueltos- gruñe Emmette entrando la
cocina con su cabello alborotado y con
manchas de pintura en el rostros y manos.
-Pues no-le digo con enojo fingido.-, entras con aires de
poca madre y no me das tan siquiera un beso-le recuerdo y mi hijo resopla mientras
se acerca a mi sonrojado.
Me besa en la mejilla y le acaricio el cabello rubio.
-¿Quién lavara los platos?-pregunto mientras mi esposo pone
a Elena en el suelo.
-Paso-dice mi esposo.
-Paso-dice Elena.
-Paso-dice Emmette.
Rápidamente miramos a Chris.
-¿Porque yo?-pregunta sin comprender.
-Eres lento hermano-le dice Elena mientras toma uno de los
tocino que estaban sobre el plato.
-Emmette pon los platos-le ordeno para que tenga algo que
hacer.- cariño saca el jugo de china del refrigerador y Elena busca la jalea.
Mientras todos hacen lo suyo Chris me platica de su cita con
su novia Kelly. La chica me agrada mucho y pretendo que mi hijo se sienta como
en contarme esos detalles que lo delatan.
Noto lo nervioso y como huyen sus ojos de los míos como
hacia su padre cuando tenía miedo en decirme cosas importantes para mí y tontas
para él.
Después de desayunar en familia, en ocasiones tener uno
minutos para tener una conversación trivial y elocuente, para reír con ánimos y
sobre todo amarnos.
Eso lo que amaba, los desayunos. Estar en la mesa en esa
época era lo que me así feliz.
Luego del desayuno recogí la mesa con mi pequeña.
-¿Ya pensaste en los nombres?-pregunta curiosa.
-Anoche soñé con un nombre-confieso mientras recojo los vasos
de la mesa.
-¿Cuál?-pregunta emocionada.
-James y si fuera niña la nombraría Evangeline…
-Pufff Evangeline-dice con desaprobación.
-Pensé en ese nombre cuando leía el evangelio, además
comienza con E y significa algo bonito.
-¿Qué significa?-pregunta mi hija algo curiosa.
Se notaba que tenía mi curiosidad, pero ese carácter para no
ver más de haya lo natural como su padre.
-Mensajero de buenas noticias-le respondo.
-¿James?-pregunta.
-El que sustituye y es la variante de Jacobo. ¿Tu papa te ha
leído de Jacobo?-le pregunto y ella niega.- esta noche debería de leerte sobre él
y otra noche te cuento que sucedió con tu padre y conmigo esa noche de tormenta-le
prometo.- esta noche pondremos nuestros regalos y mañana sabremos que nos trajo
santa.- le indico y mi hija sonríe.
Después de limpiar y pasar una mañana tranquila me pongo a
preparar la mesa con la ayuda de mi equipo perfecto y para ser sincera me gustaba
ver la cara de mis hijos y esposo ver la cocina como un campo de guerra.
La mesa tenía todo los platos que podía deleitar cualquier
paladar y todos estábamos vestidos para la cena.
-¿Quién va a dar las gracias?-pregunto cuando nos sentamos
en la mesa a comer tengo a mi esposo delante de mí, Emmette y Chris a mi
derecha y Elena a mi izquierda. Entre mi esposo y Elena quedaba la silla vacía
que pertenecía a leila quien para estas fechas estaba de luna de miel con su
esposo.
-¿Quiero recitar un versículo?-me indica Christopher
mientras sacaba la biblia de su regazo.
Él y yo nos miramos, ambos estamos orgullos de lo que
tenemos y de lo que hemos logrado hasta ahora. Tengo 4 hermosos hijos, 1 universitaria,
2 adolecentes, 1 niña inquieta y 1 cosita hermosa que crecía en mi cuerpo.
-Este lo leí anoche y deseo leerlo-explica mi hijo mayor.
-Continua-le indica su padre.
-Yo mismo cuidaré de mis ovejas y les daré un lugar para que
se recuesten en paz, dice el Señor Soberano. Buscaré a mis perdidas y las
traeré sanas y salvas de regreso a casa. Vendaré a las heridas y fortaleceré a
las débiles. Sin embargo, destruiré a las gordas y poderosas; ¡a ellas también
les daré de comer, pero juicio!-toma aliento y nos observa esperando algo de
nosotros, pero todos decimos amen.
-Me gusto-le aseguro.- ¿puedo leer uno?-le pregunto y todos
me animan.
Tomo la biblia y siento paz al tenerla en mis manos.
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lo dedico a todos que se ilucionan con el amor de manera gratuita y libre.... aun sabiendo q ese no es el precio monetario y real <3
buenas noches
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