Llevo
tiempo que no escribo siento que he perdido ese arte de unir palabras. Ya no me
siento tan capaz como antes. Siento que todo lo que luchaba antes en mi pasado
es más que un recuerdo vago e infantil. Despierto en ocasiones maldiciendo al
amor por mi falta de arte porque siento que amor ha marcado mi vida y no me
había dado cuenta hasta hoy.
Soy
una chica Promedio por que mi estatura es de tamaño promedio, irónico que suene
cómico; pero para muchas personas suelo ser fascinante. Aun no entiendo el
porqué, ¿tal vez son mis labios con rasgos negroides o mi manía de decir lo que
siento y pienso sin que me importe la otra persona? No lo sé, ¿tal vez sean mis
ojos que son como la madera quemada y que pueden volverse a miel derretida?
pero lo más fascinante de mis ojos es que suelen decir lo que mi corazón calla
y me avergüenzo a decir.
En ocasiones divago entre la verdad y la mentira, pero
mis ojos no. Son pura verdad. ¿Si no son mis ojos que será? ¿Será mis curvas
esbeltas y pronunciadas que gritan en cada poro taino, africano y europeo? Eso
no será, la belleza es relativa para mí y aun siento que la belleza no me ha
tocado con bendición. Aunque muchos creen que soy hermosa por fuera, ¿pero que
hay dentro de mí? ¿Órganos? ¿Células? ¿Sistemas funcionando en una homeostasis?
¿Dentro de mí hay alma?
Creo
que dentro de mí hay muchas cosas meno almas y corazón. Mi alma fue reducida a
polvo en los últimos meses y mi corazón esta tan roto que no tiene más remedio.
Siento que ya me resigne a la pérdida de un amor tras otro, a vivir a una soledad de noches vacías y devorando
corazones sin compasión alguna. Ese otro sentimiento que comencé a sentir en
raras ocasiones pero hacia las personas si no a mí misma. Un sentimiento que va
mezclado con la lastima. ¿Tan malo no es tener alma? En ocasiones quiero
recuperar mi alma y no puedo.
Él tiene mi alma y unos pedazos vitales de mi
corazón. Lucho por recuperarlos, pero él no me las devuelve. Se resiste me
quiere suya, sumisa y doblegada por esas franjas rojas y blancas y estrellas
blancas llenas de perjuicios y miseria. Sus ojos azules como el mar me siguen
por las noches en una persecución horripilante. Cuando no me persigue, yo lo
busco. Busco todo de él, sus ojos, sus labios, su piel marmoleada. Lo busco con
ansias hasta gritarlo mientras duermo. ¿Cuándo podre olvidarlo del todo? Hago
mi esfuerzo, pero esa sed de mi propio ser por su compañía. ¿Me estaré
volviendo loca? Tal vez, nunca he sido muy cuerda y normal para demostrar lo
contrario.

Pero
los tiburones no me preocupan, me preocupan los inocentes. Aquellas personas
que quieren estar junto a mi aunque saben cómo estoy y como me siento. Son
personas que resultan lastimadas por mi culpa, que en ocasiones no quiero
herir, pero por alguna razón disfruto de su dolor. Sé que está mal, pero me
gusta sentir que otra persona sufre por culpa. Son esos seres de corazones
puros y llenos de amor que jamás han visto el dolor del verdadero amor. Esos
son los corazones que me gusta devorar y destrozar, porque es lo que soy yo.
Una devoradora de corazones. Quiero ver esa mirada perdida de dolor y angustia,
ese titubeo sorpresivo.
Ese
dolor ajeno llena ese vacío en mí y me hace sentir poderosa y me llena de
control. En ocasiones me comparo con 50 sombras de grey, quiero controlarlo
todo. Deseo controlar mii dolor, el dolor ajeno y la gente que está a mí
alrededor. Quiero sentir que tengo el
poder sobre todo y sentir que todo se puede hacer a mi antojo, pero cuando no
hay control soy una furia asesina. Porque el dolor me exige control y dominio
de todo, supongo que me he vuelto una obsesa del control. El control me hace
libre de mis propias penas y me hace sentir fuerte aunque sea por varios
minutos.
Esa
es mi penosa vida, amar sin ser amada y si alguien me ama lo alejo de mi vida. Porque
no me puedo permitir aquellos lujos, no me podre permitir una vida normal y
llena de amor. Ese lujo es hay una casa grande, con un esposo y una familia
que amar porque esa no soy yo. Mi vida va hacer distinta a las demás vidas que
pude tener y negué por egoísmo propio. Acepto la culpa de mis propios errores
pero no acepto el daño que el amor me hizo cuando no lo merecía, porque yo ame
con libertad y con honestidad.
S.
No hay comentarios:
Publicar un comentario