Moon by Anomima

Y las estrellas brillaban aquella noche como nunca antes lo habían hecho en la vida. El color negro de la noche era opaco por esas pequeñas y hermosas estrellas. Y la luna, la luna empezaba a brillar por encima de las estrellas. Grande, y con un brillo muy especial. Era una noche de esas en las que todos parecían ser felices, calurosa con una suave brisa que daba una gran calma, hasta los más solitarios podrían sentirse en compañía estando solos. Sin duda esa sería la noche perfecta para las parejas más enamoradas, no es extraño mirarlas tomándose de la mano, algunos tienen que hacerlo a escondidas, otras lo hacen en medio de toda la gente que les rodea y algunas otras prefieren simplemente rosarse la mano para después deshacer el agarre. Algunos otros preferían la soledad de la noche para admirar la belleza de las estrellas y de la luna. Parejas, solteros, divorciados, no importaba, lo que importaba era la paz que aquella noche transmitía.

Recordar las cosas más hermosas mientras observabas la luna era una sensación muy hermosa, o desahogarse mientras miras el firmamento era un alivio para el alma, incluso era más efectivo que el consejo de algún amigo en especial.
Muchas noches han sido tristes para algunos. Llenos de desesperación, de un aire irrespirable como si alguien hubiera tapado el ambiente y la naturaleza con un plato para cereal. Algunas veces las personas son como zombies. Caminan por impulso, hablan por inercia pero no sienten, no aman, no sonríen y no tienen el mínimo sentimiento. Pero, esa noche representaba algo especial, un cambio de aire. Una noche en especial y no solo por el brillo de las estrellas y de la luna, era especial porque las personas la habían hecho especial.
Gente de todas partes del mundo observaban el cielo para admirar la hermosura de la luna, para pedirle deseos o simplemente un consejo. ¿Hablar con la luna?, se puede escuchar de locos, pero no. Es algo natural, algo que todos en algún momento de la vida hacemos sin importar la edad, sexo o religión. Muchas veces nos decían, que si tenemos algún problema lo consultemos con la luna o con las estrellas, y ahora lo hacemos de a diario. No, no era la luna, no eran las estrellas o no era el hermoso color negro de la noche. Era el amor, los sentimientos de bondad, de amistad, la sinceridad de la gente la que la hacían especial.

Esa noche, la primera de la primavera significaba un cambio en la vida de todos, todos estaban dispuestos a ser felices, amar, ser amados, y sobre todo estaban comprometidos a amar la vida y adorar cada noche a la LUNA