Querido Lector@:
Alguna vez me dijeron
que debía ser egoísta, pensar solo en mí y que mi felicidad se definiría de ese
modo. Fue cuando realmente lo fui, fui egoísta y casi creí morir, morí
lentamente día tras día tragándome todo. Es cuando los días tienen su dueño y
los recuerdos de aquellos días se hacen presente rasgándome lo que debió ser un
corazón puro y hermoso. Dejando una sombra pisándome los talones, esa sombra
que me sucumbe a las horas de dormir, en las horas que mojo las sabanas con
aguas pecadoras. Esa sombra que no me deja dormir en otros brazos que me tiene
en la neblina tomada de la mano de alguien que conozco, alguien que su
indiferencia es fría como un tempano, pero que se derrite cuando siente que mi
mano se aleja de la suya. Porque no puedo soltar su mano, quiero ser egoísta,
quiero ser libre y ver la luz del sol una vez más. Aunque sea la última vez, tocando
mi piel con violencia. Quiero sentirme yo, real, pura, fría y violenta, ponerme
esa armadura que deje abandonada en mi aposentos.

Eso es lo que me tiene
atada, tu corazón y el mío y mi manía por ser egoísta de nuevo. Siempre dejo
que mi corazón me domine y tome decisiones que no tendrán buen resultado como
el de ahora. Porque mañana la razón tendrá que elegir por todos y eso va ser
devastador.
Sigo diciendo duele y
las lágrimas mojan mis mejillas con tristeza, solo pienso en las noches que me
desvele buscando esperanza en tus palabras, en los recuerdos y esos pequeños
detalles que nadie ve, pero yo sí. Saber que en lo últimos 7 días eh pensando que
hacer con vos y me llevado decepciones tras otras, la herida que creí haber
sanado vuelve a estar abierta.
Ya no sangra, pero
duele y me quita el aliento porque no quiere curarse. La misma herida de años,
la herida que causo mi primer pajarito de amor, la herida que nació con el
rechazo y mal de amores y que endureció mi corazón y dejo que mi alma escapara
de mis manos. Suele sanarse con la soledad y con frio de las noches de aquellos
otoños, pero ahora es otoño y no sana la herida. Sigue ahí, abierta buscando su
verdadero dueño, el que pueda sanarlo.
Solo me queda vivir con
mi herida abierta y mi egoísmo deseando tomar el control de mi vida y de la
tuya.
Ps: El amor es una
droga…
S.
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