Era ya otro día aunque
no haya salido el sol. Podía escuchar el coquí y los insectos que le tocaba a
la luna. Estaba deseosa de dormir y entregarme a Morfeo. Ya quería vivir ese
sueño que me daba esperanzas y vida.

Camine en la oscuridad
y me perdí en las densas agua de mi sueño. Una luz me comenzó a fastidiar.
Que el amanecer ya había
hecho su entrada triunfal en la habitación, pero era imposible si las ventanas estaban
cerradas.
Abrí los ojos y al
principio no distinguí los objetos, más bien veía nubes borrosas y coloridas.
Parpadee hasta que mis
ojos se adaptaran a la luz y a los colores. Cuando al fin pude, observe una habitación
muy distinta a la mía y los colores neutrales estaba presente. Tenía todo lo
que yo podía considerar una habitación de revista. Observe por unos segundos y
decido salir de la cama controlando mis nervios, pero una mano me sujeta del
codo y grito.
Pero rápidamente me
tapa los labios.
-shhh despertaras a Christopher
y Elena-me regaña una voz dormilona y muy conocida para mis oídos.
Me volteo y veo a mi
amado a mi lado.
-¿Qué haces aquí?-le
pregunto molesta por el susto y suelto el amarre que mantenía a él.
-durmiendo-dice sin
abrir los ojos y con voz cansada.
-en tu habitación- respondió
sin mirarme y ya comienza a irritarme.
-¿Qué haces en mi habitación?-le
exigí saber.
El sonrió.
-Es mi habitación- respondió.
-Mientes-susurre.
-Sabes que no se
mentir-me recordó.
-¡Dios mío!- exclame y
el abrió los ojos.
Sus ojos eran como la
madera, sus labios finos, su nariz pequeña y frágil y sus rasgos bruscos y
musculosos.
Se sentó a mi lado.
-¿tuviste un mal
sueño?-pregunto y negué con la cabeza.- ¿Que te sucede?-pregunto.
-Nada-mentí con tal
inocencia-, estoy algo confundida, será porque aún sigo algo -dormilona-dije
para mí misma.-tal vez estoy en un sueño y tal vez uno bueno.-el me miro sin
dar crédito a lo que yo decía. Como si estuviera totalmente loca- ¿Somos
roomate?-pregunte y el comenzó a reírse.
-creo que la falta de
sueño te está afectado-me dijo y lo mire molesta. Comprendió que no estaba de
broma y me mostro nuestras manos. Las dos contenían un aro de plata.
No sé pero una parte
importante de mi cerebro se quebró, rompí el amarre y me arrope de pie a
cabeza.
Cerré los ojos con
esfuerzo.
-¿mujer que te sucede?-pregunto
alarmado.
-quiero despertar de
esta pesadilla-grite asustada. Él no se burló de mí comentario al contrario se sumergió
debajo de las sabanas y susurro:
-no es una pesadilla
boba- abrí los ojos, pero antes de protestar me beso con intensidad. Cuando el
aire nos faltaba nos apartamos y sonreí.
-tu ganas-susurre
feliz.
-gane a una lunática-me
dijo.
-yo aún ogro-le dije.
-¿aja?, soy un ogro...
Pues el ogro de comerá-al decir eso comenzó hacerme cosquilla y a besarme.
Yo me reía descontroladamente
y terminamos de una manera comprometedora.
-¿porque se pone como
tomate Señora?-pregunta luego de mirar mis mejillas.
-porque te amo y me
haces feliz-murmure.
-usted a mí-me respondió
y volvió a besarme, pero un llanto me disfrazo de la pasión.
-¿qué es eso?-pregunte
alarmada.
El sonrió y me saco de
la cama y pude notar que me faltaban prendas de ropas. Me sonroje y pregunte
alarmada-¿Porque estoy así?
El guiño el ojo y lo comprendí
rápidamente.
Me sonroje y él se alegró
de haber provocado algo en mí.
Nos pusimos unas batas
de dormir y fuimos a la habitación donde provenían los llantos.
Entre algo temerosa y encontré
los seres más hermosos del mundo. Había una niña llorando con semejante energía
y un niño chupándose el dedo como si fuera un manjar.

-es igualita a
ti-susurre.
-Lo sé-dijo con
orgullo.-, pero tiene el carácter de la madre y le sonreí.
-también tiene mis
mejillas-dije y tome a la bebe. Esta sonrió ya que había obtenido lo que
clamaba.-eres hermosa-le dije y ella rio coquetamente.-también inteligente.
Mi amado tomo al otro
bebe y lo acerco. Este nos miró por unos segundos y comenzó a llorar.
-El está celoso-me
explico y ambos intercambiamos bebes. Ya cuando lo tuve en mis brazos se calmó.
Le di un beso en la mejilla.
-Ya bebe-lo consolé
algo preocupada
-es muy parecido a
ti-me dijo y lo observe. Era igual que la niña a excepción de los aretes,
cabello que era menos oscuro, algo ondulado y supuse que sería rizado y sus
ojos era miel pura. Tenía una mirada totalmente concentrada y me miraba como si
supiera quien era. Sin duda era como yo y no se lo podía negar a semejante
bebe. Lo volví a besar. Tenía un kimono verde y gris.

Cuando la niña se durmió
la bese en la mejilla tantas veces como fuera posible y sentí que me miraban.
Lo mire a los ojos.
-gracias por esto-le
dije.
-de nada- susurro-y gracias
a ti por ser tú.-se acercó a mis labios......

Por: Sussan
Deberia ser real
ResponderEliminarSupongo q si, pero no c.... tal vez sip o tal vez no!! </3
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