Quiero desgarrar esta vena que esta llena de muchos sentimientos.

jueves, 17 de abril de 2014

Calor vs Frio





¿Porque estoy en este lugar?
Nuevamente me siento aturdida por tanta belleza que nace y desvanece antes mis ojos de madera quemada. Me mire  y note rasguños en mis brazos descubiertos, mi cabello caían rebeldemente sobre mis hombros y mi pecho. Solo tenía una zapatilla puesta y un pie descubierto. Vestía de un vestido que de primera instancia supe que era blanco pero en ese momento estaba teñido de sangre, sucio y lodo. Estaba sola en ese maldito lugar y eso no le molestaba, pero no sentía que eso fuera normal.
Quiero llegar al final de ese sendero, un sendero tormentoso y melancólico, las hojas de los arboles caen melancólicamente marchitas y sin vida.  La lluvia de hojas era triste y dolorosa para mis ojos, porque aquellas hojas lloraba lo que ella  misma callaba en su corazón. El astro rey ardía sobre mí y calentaba mis mejillas redondas y morenas.
Al no soportar tanto dolor decidió caminar de ese sendero y encontrar paz.  Cada pisada que daba la atormentaba porque el silencio no se encontraba en ningún lugar, las hojas sonaba con como cristales rotos a los cuales no encontraba en ningún lado y temió lastimarse con aquellas ojos marchitas.
Sentí un dolor pulsante en mi corazón y detuve el paso sosteniéndome el pecho con total agonía. Comprendí que las hojas no era lo que sonaba como cristales rotos era mi corazón que estaba roto, hipoglucémico de amor, ternura y calor que tan solo un beso podría unir esas partes rotas.
Mi pie descubierto sentía las hojas frías al igual que la tierra que pisaba con rapidez de ser lastimada por algún animal, pero desde cuando me preocupaba por unas hojas y animales.
A lo lejos veo una sobra masculina y es cuando veo a un hombre que se me resulta familiar por sus  hombros anchos, ojos oscuros y sonrisa a medias, claro que reconocía esos ojos. Supe quién era, sus ojos siempre fueron la clave de aquellos sentimientos. Esos ojos que me dejaban caer en un abismo de emociones raras y que no entendía. Que hasta entonces no quería comprender por ese sentimiento esencial
Miedo
Miedo al dolor, miedo al rechazo, miedo hacer una marioneta y miedo de corromperme por completo. No quería sentir miedo, pero era lo más que sentía desde que mi amado me dejo para seguir su propio sendero. Me detuve en seco y sentí que el dolor empeoraba en mi pecho, seguí mirando aquel chico a lo lejos que me llamaba con su sonrisa torcida. Algo en mi deseaba que mi cabeza se  acomodara sobre su pecho y escuchar ese sonido sordo y monótono que me encantaba escuchar. Ese sonido alteraba mi corazón y los dos latían de una manera extraña como si fueran uno.
Negué con la cabeza y rápidamente los árboles se movieron creando un camino nuevo alejándome de aquellos ojos y sonrisa torcida.
Entre a ese nuevo sendero, esta vez no caía hojas secas y marchitas, pero caía nieve y podía ver como la brisa helada me cortaba la piel. Había oscuridad, pero al levantar la vista vi a la luna y sentí que estaría segura. Porque mi amado siempre me aseguro que la luna estaría para ambos mientras los estuviéramos separados. La nieve cubría hasta mis tobillos y me hacían temblar de manera descontrolada. La sangre se me helaba y veía que calor se escapa con mis respiraciones forzadas. Cada paso que daba sentía que las fuerzas se quedaban atrás, pero algo que no esperaba sucedió.
 Él estaba delante de mirándome con una sonrisa más brillante que la luz de la luna, mi corazón comenzó a bombardear sangre y sentí ese arranque de correr a sus brazos, pero no importaba cuando luchara para estar en sus brazos calientes. Lo extrañaba con todo el corazón, deseaba mojar las sabanas hasta el amanecer y deseaba dar amor y ser amada con toda las demandas de mi células.
-Ayúdame-suplique, pero el trueno resonó callo mi suplica.
En cambio el me veía decepcionado y triste.
Algo nuevamente sucedió, la nieve comenzó a crecer y crecía cubría todo mi cuerpo, pero no importaba cuanto luchara por salir me arropaba. La nieve se había vuelto como arena movediza y me ahogaba con cada intento de sobrevivencia.
Suplique ayuda, pero ya era en vano la nieva ya me había cubierto por completo  y rápidamente cerré lo ojos a la muerte.
Pero no hubo muerte, oscuridad y golpe sordo al mi cuerpo golpear el agua helada.
Abrí los ojos y me encontraba en un cuerpo de agua y por la cantidad de agua que entraba por mi boca comprendí que era dulce. Salí a la superficies con agitada y me vi siendo guida por una corriente que se acercaba a una cascada. Mire al cielo y vi un eclipse lunar que se teñía de sangre y me asombraba con plenitud.
Asustada intente acercarme a la horilla, pero fue en vano porque la corriente era violenta y dominante me llevaba a mi fin inminente, pero una tronco callo delante de mi creando un puente entre ambos extremos del rio. En cada extremo estaba los dos hombres que había visto desde había enfrentado el sendero terrateniente y el sendero invernal.
Ambos suplicaron que subiera al tronco mientras ellos los sostenían con esa fuerza sobrenatural.
En contra la corriente subí al tronco con cierta dificultada por que las corrientes golpeaban el tronco deseando que yo cayera al agua nuevamente.
Cada uno deseaba que fuera a su encuentro, pero era imposible dado a que no sabía que extremo tomar.
Ambos tenían puntos buenos y puntos malos, a los 2 yo amaba con locura, pero solo uno saldría vencedor. Ambos habían causado estragos en mi corazón y tenía miedo por lo que ocurría a mí alrededor sin control. Antes de decidirme la corriente golpeo el tronco y caí al agua. La corriente era más dominante y no me dejaba acercarme a la orilla donde podría estar salvo y sana. Porque no había tomado un camino porque me sentía tan frustrada y asustada por ambos. Desvié a lo lejos una roca, pero no pude sostenerme de algunas y fue cuando sentí un vacío en mi estómago.
Solo sentí aire por todo mi cuerpo y cerré los ojos.
Mi cuerpo golpeo algo duro que me dejo aturdida por un tiempo inespecífico. El silencio no estaba presente, pero se sentía el agua caer y golpea el fondo de la cascada. El oxígeno no entraba a mis pulmones y no se inmutaba por adquirirlo.
Algo me saco con violenta y me sostuvo en unos brazos que yo desconocía por toda la confusión para luego colocarme en el suelo duro. Sentí un roce violento sobre mis labio y sentí algo emerger de mi boca provocando que yo tosiera.

Abrí los ojos y me encontré con el que menos yo esperaba tener delante, pero que el destino había puesto delante de mí. Quien sanaría mis heridas, el que estaba en uno de los extremos y no me atreví acercar a su lado por miedo. El seria lo que una vez desee y que comprendí anhelar en los senderos. Sería mi único amado hasta el final del tiempo. Sabía que no podía elegir, pero el destino si podía por mí porque mi destino esta forjado desde mucho antes de lo que yo había imaginado. Me entregue a mi destino con un beso que deseaba otorgar con tanta desesperación en mi corazón y selle un pacto con el silencio con mi salvador y mi único amor.

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