Quiero desgarrar esta vena que esta llena de muchos sentimientos.

viernes, 6 de septiembre de 2013

La orquídea Estrellada






Había una vez un  hombre del cual vivía en la selva, pero antes de vivir en la selva vivió en la cuidad como hombre. Porque a pesar de su apariencia de serio y meticuloso era un cambiante. Podía cambiar su apariencia física por la de otro ser vivo. Vivía con los animales salvajes ya que el cambiante solía cambiar su apariencia a la de un león fuerte, grande y solitario. Tenía una melena castaña, pero cuando los rayos del sol mojaban esas hebras catañas, si podían compararse con el mismísimo oro.

El cambiante le gustaba pasar tiempo con otros animales aunque no fuera de su misma especie porque cuando era humano era más vulnerable. La última vez que se había visto como un hombre fue cuando se había enamorado. Se había enamorado hasta perder la cabeza de una bruja que vivía en un bosque alejado de la cuidad y de la selva. El hombre se había enamorado con locura de aquella bruja hasta el punto que le pido casarse con ella el siguiente otoño, pero poco después que finalizo el verano un suceso cambio todo lo que sentía por aquella bruja malvada.

Una tarde después de haber ido a buscar leña en el bosque fue a la casa de la bruja a llevarle un presente sin esperar encontrar a la bruja cometiendo una fechoría con otro hombre.

El hombre herido se  alejó de la casa, se despojó de su ropa y se convirtió en un águila. Voló entre las nubes sin mirar atrás deseando no volver a encontrar el amor. Cuando ya se cansó de volar vio una selva y se internó a esta, pero como un león.

El león vivió por meses con ese dolor del cual le quemaba y mataba lentamente. Todas las noches después de cazar se transformaba en hombre y le hablaba a la luna para desahogar de ese dolor y esas penas que lo consumía.

Una noche en luna llena le pidió a la misma que lo ayudara a olvidar a esa mujer perversa.

Esta al  escuchar la petición del hombre acepto ayudarle, pero que debía hacer todo lo que ella le pidiera sin protestar.

El acepto con algo de temor, pero cuando deseaba saber a qué se refería la luna la noche cayó. El hombre preocupado se puso a esperar la siguiente noche hasta poder hablar con la diosa de la noche. Ya cuando la luna se hizo presente le dijo al hombre que durante lo siguientes días ella lo pondría a prueba y si este pasaba las prueba le daría lo que el necesitaba y deseaba para olvidar a la bruja.

El acepto como había prometido sin replicar y ella le pregunto qué le gustaría que tuviera la mujer perfecta. El después de tanto pensar y meditar sus pensamientos le dijo a la luna que belleza, pero no solo belleza física interior si no belleza en el corazón.

La luna sonrió al oír esas palabras y de uno de sus surcos cayo una lagrima plateada al suelo.

El hombre y la luna contemplaron donde había caído la lagrima plateada, al principio no ocurrió nada, pero el suelo dio una leve sacudida y del suelo nació una orquídea. La orquídea tenía el tallo y las dos únicas hojas plateadas y los pétalos eran de color azul eléctrico. Desprendía un olor exquisito y casi mágico.

El hombre quedo maravillado por tal belleza y le pregunto a luna que debía hacer con aquella flor. Ella le dijo que debía cuidarla hasta la próxima luna llena y que debía cuidarla como si fuera su propia vida.

Antes de pasar algo el sol se hizo presente y la luna desapareció.

Al principio el no supo que debía hacer con una flor tan extraña, pero cuando la flor  le sucedía algo a ella también le afectaba a él. Si la flor recibía mucho sol este sentía un calor agobiante, si no recibía agua se sentía seco y débil. Si se le caía un pétalo de forma no natural el hombre le salían cortes sangrientos. Cuando ya habían pasado 5 días de haber hablado con la luna el hombre decidió cuidar a la flor porque si ella moría el también. Por lo tanto durante 1 día se transformó en hombre y busco materiales en la selva y comenzó a construir un invernadero. Lo siguientes semanas trabajo hasta el casación para poder construir el invernadero y poder cuidar la orquídea.

Cuando termino el invernadero saco a la orquídea de la tierra y la coloco en una maseta nueva, pero algo raro ocurrió la maseta se rompió debido a que las raíces de aquella flor crecían a una velocidad anormal y se adentraban a la tierra rompiendo el suelo de madera. Tanto como las raíces, el tallo y los pétalos crecieron hasta llagar al hombro del cambiante.

Asustado decidió no acercarse a la flor hasta hablar con la luna. Por tres días no fue al invernadero y eso lo alarmaba por que no estaba siguiendo las instrucciones de la luna. Con la valentía que tenía fue al invernadero noto que la flor no tenía brillo y se sintió fatal. Busco la manera para ayudarle roció agua en sus raíces, abrió una ventana para que el sol mojara sus hojas con luz, pero nada sucedió.

El hombre en su preocupación comenzó a citarle poemas de los poetas muertos y fue cuando ella comenzó a tomar ese azul eléctrico y es color plateado. Comprendió que la flor se había enfermado por su ausencia y se sintió fatal.

Prometió no volver a dejarla sola jamás.

Esa noche llego la luna llena y la Reyna del astro se hizo presente con elegancia.

El hombre le hablo de todo lo que hizo durante la usencia de luna y de cómo estaba la orquídea plateada.

La luna después de escuchar al hombre le dijo que había pasado la primera prueba y le pregunto al hombre como debía ser una mujer perfecta. Nuevamente él se quedó pensativo y le respondió que debía ser brillante haciendo referencia a la inteligencia que el mismo poseía.

La luna acepto su respuesta y le susurro algo a una de las estrellas que brillaban más que sus hermanas. Esta brillo como un faro y se escuchó una explosión en el cielo.

 El hombre se asustó y miro al cielo y vio la estrella cayendo del cielo a dirección al invernadero. Antes que hombre pudiera decir otra cosa la estrella cayo en el invernadero destruyendo todo a su paso. El hombre corrió y fue a ver si su amada orquídea estaba viva.

Para su consuelo esta estaba intacta, pero se había cerrado sus pétalos desprendiendo un brillo muy fuerte para los ojos humanos.

La luna le dijo que su siguiente prueba sería un acertijo simple, pero sencillo y si el respondía como debía la flor se abriría. La luna le resto con su voz maternal:

“que se puede obtener de una mujer, pero que no se puede tomar a la fuerza. No se ve, no se huele, no se saborea, pero si siente de verdad. Cuando se obtiene hay que cuidarlo con mesura y prudencia porque algo que se pierde como un aliento”

Sin decir nada más llego el día y el hombre agotado volvió a comenzar su labor.

Construyo un invernadero para poder proteger a la flor ya que aún esta tenía que ser cuidada por el con su propia vida. Sietes días de haber visto a la luna había terminado el invernadero y decidió pensar en el acertijo, pero ninguna respuesta le vino a la mesa. La siguientes semanas pensó y pensó hasta una tarde.


Cuando cazaba cebras en una sábana vio a una pareja de enamorados entrando a la selva y una curiosidad lo empujo a ir a tras ellos pero como un halcón. Pudo notar lo que había olvidado por el dolor, lo bueno del amor y la envidia que sentía al ver como aquellos seres de amaban de verdad. Las palabras de amor de ambos y una leve promesa que se hicieron antes de salir de la selva.

 En ese instante comprendió cual era la respuesta.

Volando como alma que la sigue el diablo fue al invernadero y convirtiéndose en un hombre fue cuando le dijo la respuesta a la orquídea.

“amor”

La orquídea se abrió sus pétalos dejando ver sus nuevos pétalos azul oscuro con diamantes diminutos incrustados dejando que brillara como una estrella.

Por la noche le dijo a luna lo que sucedió y esta no cabía con su orgullo. Le dijo que había pasado a la última prueba y la más difícil e importante. Le volvió hacer la misma pregunta:

“¿Que deseaba de la mujer perfecta?”

Después de haber visto a la pareja en la selva deseaba tener aquello que no obtenía a la fuerza, deseaba amor verderol y puro. El hombre le relato lo que había visto en la selva y le pidió lo mismo que había visto. Quería amor de una mujer perfecta.

La luna le ordeno como última prueba que matara a la orquídea que le derramara un veneno que solo podía encontrarse en la selva. Si la flor moría el habría pasado la última prueba.

El alarmado se negó rotundamente que prefería no matar aquel ser que tanto él le había tenido aprecio y cariño.

La luna se fue sin decir nada y el hombre sintió que había actuado correctamente.

Volvió al invernadero encontró una chica en el suelo.

Tenía el cabello azul oscuro como la noche, una piel pálida, unos labios rosados, los pies lo tenía lleno de tierra y lodo y como ropa tenía un vestido plateado, pero con la textura de las hojas. La flor no estaba y en su lugar estaba esa chica rara y hermosa.

El la llamo y ella no reacciono.

Al ver los labios de la chica, la beso en los labios.

Al principio sintió frio, pero luego sintió calidez y que la chica aceptaba el beso. Se besaron por unos segundos y cuando se apartaron ella abrió los ojos.

El vio que sus ojos era azul eléctrico como la flor ya que ella era su orquídea.

Él le pregunto cómo se llamaba ella no supo que decirle. Así que él le dio un nombre, la nombro Elenatrix por Elena de Troya y por Bellatrix la estrella más brillante del cinturón de Orión.

Ella le gusto su nombre

Mientras ambos estaban abrazados comprendió que él se había enamorado de aquella mujer y ella era su alma gemela.

Con algo de nerviosismo le pregunto si recuerda algo de antes de encontrarse con él. Ella le dijo que si, que lo había visto en sus sueños, que el cambiante la había cuidado, enamorado y protegido con su vida. Ella le confeso su sentimiento hacia él y el con el corazón en la mano le confeso que la amaba con todo su corazón.

Antes de que cayeran los rayos de sol ellos dos consumieron su amor lentamente hasta desear más que la última vez. Cuando terminaron el hombre le propuso matrimonio a la chica y ella acepto.

Ambos construyeron una cabaña para los dos lejos de cualquier cosa mala.

Se amaron y se olvidaron de la luna, pero en la siguiente luna llena ella se hizo presente.

Le dijo que había pasado la última prueba, le demostró que cualquier vida era importante y que por tal muestra de valor la flor se volvió lo que el tanto deseaba y quería tener. Les deseo felicidad eterna y se despidió ante los ojos del hombre. Durante muchos años esa pareja fue feliz y el hombre nunca dejo de amar a su orquídea estrellada ni ella a él.


Fin…………………………

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