Querida mamá:
Hoy quiero escribirte,
como dijo un poeta:
“Con tinta del corazón”
Es que al verte…
me embarga, por ti,
el amor y la emoción.
No es día de madres,
mas sin embargo,
por ser mi madre:
Te respeto, admiro y te quiero.
Tampoco es tu cumpleaños,
mas doy gracias a Dios
por tu nacimiento
y traerme a tu lado.
Tampoco es Navidad,
pero le daría gracias
al Salvador…
porque lo llevas
en tu pecho, muy adentro;
ni es día de Acción de gracias,
mas con llanto te agradecería:
¡Todo lo que por mí haz hecho!
Pero hoy mi carta lleva,
otro sincero sentimiento…
Sólo quería que supieras:
Que aunque parezco ingrato,
y casi nunca te lo expreso,
sólo Dios sabe…Oh madre,
¡Cuanto te quiero!
En esta mi humilde carta:
Deseo pedirte perdón,
por tus horas de
desvelo cuando niño,
cuando joven y tal vez…
cuando llegue a hombre:
¡Perdón mamá!
Por tus lágrimas derramadas
en tu secreta oración…
Por enseñarme de la
Palabra de Dios,
por guiarme en mi
primera oración:
¡Ya somos amigos los dos!
Por cuidar y velar
de mi vivencias:
Mis estudios, mis finanzas,
amistades y trabajos,
causándote fatigas,
carreras, nervios y gastos…
Tus notas, cartas, llamadas.
¡Perdón y gracias mamá!
Por todos los consejos
sabios y amorosos,
que a veces vinieron en la
envoltura equivocada:
En gritos, desespero, tal vez…
en el momento menos adecuado…
… y tras esas sabias palabras, alguna vez
escuchaste el: ¡Pum¡ de mi puerta,
siendo necio e ignorante;
pero siempre, las dejaste allí:
¡En mi mente y corazón,
pues ellas, me han sido:
¡De guía e inspiración!
Aunque tú no lo supieras, mamá.
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