Quiero desgarrar esta vena que esta llena de muchos sentimientos.

miércoles, 29 de junio de 2016

El pórtico Blanco


Todos nos hacemos miles de pregunta antes de dormir y yo no soy la excepción. Pienso en todo incluso pienso en el futuro, cuando lo pienso me preocupo, siento la ansiedad acumulándose dentro de -porque estoy tan cansada para pensar en ello. Esta noche fue de esas buenas ocasiones, deje que los brazos de Morfeo me abrazaran hasta lo más profundo de la oscuridad de la noche.


Cuando la luz llego a mí, era una luz diferente. Tanto que sentía el calor de verano sobre mi piel, en mi piel morena. Apenas la luz toco mi rostro no pude ver con claridad hasta que mis ojos se adaptaron a la luz brillante.
Camine con torpeza hacia la luz y encontré la silueta de una puerta delante de mí, sin temor en mi corazón gire la perrilla y encontré lo que tanto estaba buscando en mis sueños. La madera era  blanca, tal vez un poco vieja pero limpia. Frente a mi habían 3 escalones de madera, al oeste se encontraba dos sillas de madera del cual en medio se encontraba una mesa del mismo color del suelo y la sillas. Sobre la mesa había un florero con tres rosas rojas y tres rosas blancas como símbolo de amor, humildad y lealtad.  Recorrí mi vista al este y ahí estabas observando con tu sonrisa peculiar.
 Esa sonrisa infantil, tierna y juvenil.
Tus ojos azules era dos zafiros y tus labios marcaban tu sonrisa en tu rostro pálido.
-hola Hermosa-saludaste y sin pensarlo me arroje a tus brazos como si fuera mi refugio favorito. Deje que tus brazos largos me envolvieran y tu olor a hierba recién cortada me calmara. Al principio sentí desesperación, miedo, odio y culpa. Todo al mismo tiempo pero luego sentí amor, carriño, paz y esa sensación de sentir que flotaba.
Supe en ese momento que todo era un sueño y uno muy bueno.
-Hola niño- dije cuando me separe de su refugio de emociones. Su sonrisa se hizo más grande y más juvenil.
No quería despertar y quería quedarme ahí para siempre aunque fuera  una ilusión. Una estúpida y patética ilusión de mi cabeza para joder a mí podrido corazón. Porque yo sé en el fondo que estoy sumamente jodida desde que mis demonios entraron a mi corazón.
-¿Qué podemos hacer?- pregunto curiosa y mirando todo mi alrededor. Frente al pórtico había un césped verde y brillante, al este había un árbol de lágrimas. Un árbol que no se podría encontrar en mi hogar si no en tierras lejanas. - ¿Qué tal si nos sentamos y hablamos?-pregunto con emoción.
-Claro hermosa- acepta y nos sentamos al pie de la escalera. Podía sentir como el sol me quemaba la piel.
-No quiero despertar, quiero vivir de esta manera siempre.-le comento.- podría quedarme aquí y sería muy feliz. Tengo miedo de tomar un error equivocado, temo a enamorarme de ti y perderme a mí misma. Es horrible sentirse tan perdida entre tanta mierda, una mierda que yo cause por enamorarme de dos hombres. ¿Sabes el amor es horrible?-le pregunto pero él no responde.- te enamoras, todo cambia. La perspectiva de la vida, tu cuerpo comienza a sufrir cambios anormales y por todas las hormonas liberadas por la otra persona; después todo tu mundo se centra en una persona. Una persona insignificante y tan destructiva, pero no es la peor parte.
-¿Cuál es la peor parte?- pregunta con seriedad en los ojos.
Suspiro
-Lo peor es el vacío que uno tiene luego que todo termina, comprende que las ilusiones era más que cuentos en tu cabeza y que las mariposas en tu estomago ya murieron por falta de amor verdadero.
-El amor no es así-me contradice.
-¿Alguna vez te has enamorado?-pregunto con burla.
-Si-responde-, estoy enamorado de ti.-Lo mire incredulidad y mi reacción instantánea fue alejarme de su lado.- no te alejes-pide y me toma las manos pero las suelto al sentir su tacto.
Nuevamente vuelo a sentarme junto a él, pero mantengo una distancia.
-No debes temer, prometo no lastimarte-me promete, pero no le creo.
- No puedes prometer tal cosa, yo tampoco puedo hacerlo mismo. Soy rebelde y destructiva. Tengo tanto odio dentro de mí que podría asesinar y no me sentiría culpable. Deseo hacer sufrir a la gente.-el me escuchaba sin interrumpirme y sin apartar la vista de mi rostro.- Soy mala, muy mala para ti. Tú eres muy bueno, demasiado bueno para mí.
Siento la sensación de llorar, pero las lágrimas no salen de mis ojos.
-Eso no me importa-me dice con indiferencia.-, me importa amarte y que seas feliz. Feliz de todas las maneras, incluso si es sin mí. Podría amarte y verte en otros brazos.- vuelve a tomar mis manos.- Tu puedes amar, eres capaz de hacer lo imposible. Puedes amar lo que desees.
-¿Incluso la lluvia?-pregunto y él se ríe.
-Puedes amar a la misma madre tierra si lo desearas- me asegura y ambos nos reímos. Su risa se hace contagiosa y me tranquiliza, entrelazo mis dedos con los de él.
-Antes solía amar la lluvia, me embriagaba con tan sola sentirla en mi piel, pero cada vez que la lluvia se hace presente tengo un miedo horripilante.
-No deberías temerle a la lluvia-me asegura y repentinamente los rayos del sol fueron superados por las nubes grises en el cielo.

La lluvia comenzó a caer en el suelo, en el pórtico, en el árbol e incluso sobre nosotros.
-La lluvia no están mala, es refrescante y libre. Tu eres como la lluvia, recuerda tu eres agua.-me dice.
Suelto sus manos.
-Tienes razón pero esta helada- le recuerdo e intento cubrirme pero él no lo permite.
-Deberías disfrutarlo-me sugiere y se inclina un poco sobre mis piernas. Es cuando por fin noto lo que llevo puesto, un vestido florido de esos que verías en una película de los 50.
-¿Puedo?-pregunta y levanto un poco el vestido sonrojada.
El me quita los zapatos pero sin dejar de tocar mis pies con dulzura.
Luego de quitarlos los coloco junto a nosotros y me tomo de la mano.
-¿Me concede este baile bella dama?-me pregunta con una leve referencia.
-Claro-acepto coquetamente y él toma mi mano.
Corremos junto al árbol de lágrimas riendo como dos niños chiquitos.
Cuando llegamos junto al árbol mi compañero me tomo en sus brazos y comenzamos a bailar torpemente bajo la lluvia. Los segundos se volvieron minutos y los minutos horas interminables en ese baile. Su corazón latía como el mío, sus labios tenía una sonrisa hermosa y sus ojos me llenaban de vida. Quería quedarme junto a él bajo la lluvia helada frente a nuestro pórtico blanco.

Fue en ese mismo instantes en que nos detuvimos para acercar nuestros rostro para sellar nuestro secreto con beso…Desperté, pero con una sonrisa feliz y con el anhelo de volver a dormir para estar bajo la lluvia con él. Ese sueño había sido mi regalo de Morfeo, por lo tanto podría ser feliz y volver amar.



S.

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